Entrada de ejemplo 2 – la relojería en la actualidad y nuevos materiales

Pocas piezas en la historia de la relojería han logrado trascender su función original para convertirse en un símbolo universal. El Rolex Submariner es, sin duda, el mejor ejemplo de ello. Nacido en 1953 como un reloj destinado exclusivamente a buceadores profesionales, terminó transformándose en un referente cultural, un objeto de deseo y un modelo que prácticamente toda marca ha intentado reinterpretar en algún momento. Pero ¿qué tiene el Submariner que lo hace tan especial? En este artículo lo exploramos.

La historia del Submariner comienza en un momento clave para la exploración submarina. A inicios de los años 50, Rolex ya experimentaba con cajas herméticas gracias a su Oyster, pero el auge del buceo deportivo y técnico exigía algo totalmente nuevo: un reloj capaz de soportar profundidades serias y ofrecer legibilidad extrema.

El primer Rolex Submariner, referencia 6204, ofrecía una resistencia al agua de 100 metros, una cifra impresionante para la época. Su diseño ya incluía los elementos que serían icónicos: bisel giratorio para medir inmersiones, esfera negra de altísima legibilidad y la robustez que terminaría definiendo a la marca en décadas posteriores.

Con el paso de los años, Rolex fue mejorando gradualmente la resistencia, pasando a 200 metros y finalmente a los 300 metros actuales. A diferencia de muchas marcas, los cambios del Submariner siempre han sido sutiles, respetando su esencia y creando un lenguaje visual que prácticamente no ha cambiado en 70 años.

El Submariner no solo se convirtió en el estándar técnico de los relojes de buceo: se volvió un icono estético. Su esfera simétrica, los índices aplicados con material luminiscente y el bisel unidireccional crearon una plantilla que hoy sigue imitada por innumerables marcas. Es, literalmente, el reloj más copiado del mundo.
Pero Rolex nunca se conformó con mantenerlo tal cual. A lo largo de su evolución aparecieron mejoras como el cristal de zafiro, la cerámica Cerachrom en el bisel, los brazaletes Oyster reforzados o los cierres Glidelock que permiten ajustar la longitud sin herramientas. Aun así, cada generación del Submariner se reconoce de inmediato: un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad.